Especialmente los mayores cuando se acuerda una cita o encuentro cualquiera, alzan perentoriamente un dedo para decir: “Si Dios quiere” como reprimenda a quien osa proponer un acto cierto ante un futuro siempre incierto y por otra parte, por no atreverse a proyectar su precaria existencia al futuro y quedar en ridículo.(en caso de morirse, por ejemplo).
Aparentemente, la frase está tomada del “inch’allah” de los árabes, que significa lo mismo.
No le cae bien a algunas personas por las connotaciones religiosas que tiene porque es como si la persona dijera en realidad: “nos veremos si mi dios único y personal
desea que ese día nos veamos, a pesar de la arrogante seguridad que tú pretendes tener de que así será”.
Más cauto o neutro sería decir: “si lo quiere el destino”, todo menos desafiar a ese futuro traidor que se prepara a hacernos una zancadilla cuando más confiadas estemos.
A fin de cuentas, es ponerse el parche antes de la herida, como el consabido S.E.U.O. (salvo error u omisión) que se coloca junto al resultado de largas operaciones matemáticas de un balance, por ejemplo, de manera que si un revisor descubre un tremendo pato, no podrá alegar no haber sido advertido de cierta manera.
Mañana vendré a verlos, si al destino se le frunce.
sábado, 10 de julio de 2010
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5 comentarios:
Dichoso futuro... ¿existe?... me quedo el que puedo constatar: el presente. Besos.
Sí, bienamada tía! Nos veremos sin falta en esta primavera. La suya, la de Maipú, con su jardín lleno de flores y perros y gatos corriendo por allí. Estoy seguro que así será y esta vez si que la sacaré del torreón a tomarse un piscosauer al Mozart, que estará en Santiago, o en Maipú o donde Ud. quiera.
Leonor! Cielo! que ya hemos llegado con mi hermosa tía! Traenos dos ricos piscosauer y hermano Amadeo atiende los deseos de mi tía en cuanto a música.
Vamos tía. Sí que hay futuro para nosotros!
Que venga luego septiembre, sobrino querido, porque me estoy congelando, los dedos ni los siento y parece que las estufas no sirven para nada. Acostumbraba leer antes de dormir y ahora ni siquiera puedo hacerlo porque me muero de frío. Tendré que inventar algún sistema con una lámpara pequeñita debajo de sábanas y plumones, más un tubo para respirar.
Por ahora, me bebo el pisco sour a la salud y ventura de todos. desde la noche del 21 de julio, cubierta por innumerables capas de ropa, más gorro y bufanda que me hace aparecer un ropero de 3 cuerpos.
Qué débiles somos! Usted tía se muere de frío y yo muero de calor por aquí. No salgo a la calle en todo el día, encerrado en casa pues el sol castiga sobre todo a nuestra edad. No me acerco a esta pantalla porque se acalora el rostro. Me ducho varias veces al día. Por la noche abro la casa entera, salgo a caminar, a recibir la pequeña brisa. Me voy a Berlin la semana proxima allá espero que esté el verano más benigno.
Aguante el frío Laura bienamada, abrigadita, que ya pasará. Quedan aún un mes. No somos nada! El clima nos derrota! Más que el amor. A sus pies este sobrino que la espera en el Mozart con un carajillo para Usted y una copa de vino blanco bien frío para mí. Leonor, encanto! prepáranos la mesa grande que vendrán todas bellas amigas y Elvira con sus ojos entornados de ilusiones.
Espero que se libre en algo del calor, estimado sobrino, pero no se fíe usted de los países fríos, ya ve que en Rusia se han producido incendios por temperaturas superiores a los 40°.
Tampoco me gustaría estarme sofocando de calor y puede que en la estación que viene nos toque algo de eso. Por ahora, lo acompaño un momento con un vinito navegado con canela y hebras de cáscara de naranja, bien caliente, hasta entrar en calor.
Hasta pronto
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