jueves, 18 de octubre de 2012

VIOLACIÓN DE DOMICILIO

El teléfono es un medio indispensable. De acuerdo. Tampoco es necesario explayarse detallando su utilidad.


Sin embargo, el abuso publicitario ha hecho que el teléfono se convierta en instrumento invasivo de la privacidad, en agresor que traspasa los muros.

Ya no basta el estruendo callejero, y las inmensas cantidades de letreros, carteles y graffittis, los invasores a domicilio ametrallan a través del aparato a todas horas y en todos los días de la semana, desde propaganda de cementerios ¿tiene usted asegurado el lugar donde será enterrado?, bancaria ¡tenemos para usted la solución a todos sus problemas! pedigüeña ¡digite 1 para donar $5.000, digite 2 para donar $ 10.000, di….! Y en estos días las y los candidatos se suceden en recordarnos sus nombres, acompañados por mensajes de figuras “de peso” que aseguran su respaldo total, pero cuya autenticidad merece serias dudas.

Creo que ha llegado el momento de legislar para evitar este abuso o establecer un sistema parecido al boomerang que desvíe las llamadas invasivas o simplemente las rechace como spam.



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