El renacimiento del Mozart está programado para la próxima semana, después de Navidad, dándole prioridad a la celebración familiar que, se supone, tiene captada toda la atención de los parroquianos en sus propios asuntos.
Hay una adecuada provisión de botellas y provisiones varias para el festejo que celebraremos. Incluso
se han traido algunas plantas exóticas para refrescar el patio con su follaje lustroso. Los faroles ya cuelgan entre los árboles y todo está dispuesto para disfrutar el frescor. No nos olvidamos de Marsa y Galvarino-Fridolin, para quienes se ha dispuesto un agradable rincón junto a la chimenea del ala norte.
El próximo sábado, presentamos otra vez la obra de nuestro amigo: "Ese oscuro encanto del amor".
En el último ensayo, presenciamos lo peligroso que puede ser un actor con un monólogo. Espero que Galvarino no lea estas líneas, porque sufriría su ego autoral. El actor en cuestion se explaya en su personaje y lanza unas cuantas líneas de su propia y trasnochada cosecha. Bien sé lo que se sufre al escuchar las elucubraciones ajenas sobre textos propios. (y por el mismo actor). Bueno, lo haremos en la mejor forma posible.
Ocurre que la obra ensayada este año no está lista para ser representada aún. El problema es que los integrantes del grupo se tientan de la risa y no hay quien los pare.
Bueno, al grano. Werner está feliz porque presume que llegarán parroquianos. Leonor se apresta a recibir a los clientes. Espero que no queden defraudados.
Por ahora, Germán les ha brindado una serie de canciones viejas y nuevas, para encantar a la audiencia.
Generosamente, Amadeo le cede su espacio (por un rato).
Estimadas amigas y amigos, hasta pronto.
1 comentario:
Me equivoqué. El verano sí tiene vuelta atrás. Hace frio y ha llovido todo el día. Tuve que buscar botas, parka abrigada y paraguas para poder salir. ¡Brrrrr!
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