sábado, 18 de diciembre de 2010

Almuerzo teatrero

Hoy era el último almuerzo del año del grupo teatral "Jayaya" que está ensayando una obra de nuestro amigo Rolando-Galvarino-Fridolin y otros alias.
Para llevarlo por los recovecos de las calles, quedamos con Galvarino en encontrarnos en cierto lugar de Maipú. Tránsido densísimo, colas por todos lados, gente comprando. Luego de vueltas y más vueltas a paso de tortuga, logré estacionarme en la cima de un cerro y luego bajar con 30 grados por una larga escalera. Ni sombra de Galvarino, ni por aqui ni por allá.Cuando ya proyectaba retirarme, apareció una antigua conocida y estuvimos un buen rato charla que te charla. Me despedí, lanzando una mirada de desencanto a la ausencia del esperado. Por último, cuando ya me iba,¡oh, sorpresa! apareció provisto de muleta. A propósito, yo había medido las calles rengueando miserablemente por un pie lastimado y traté de disimular. Tuve que pedirle que me acompañara por el paso más suave, protestando por dentro de la poca visión de la municipalidad de aquí que no ha colocado asientos en lugares que lo piden a gritos. En fin, me acompañó a través del inquietante paso a través de una comisaría - que es siempre sitio de malos recuerdos - y tuve que quedarse un rato a recobrar el aliento bajo la sombra de un árbol, mientras recobraba el auto instalado a pleno sol.
Resumiento, llegamos al almuerzo, después de una entrada en calle equivocada. Las chicas y chicos del grupo estuvieron encantados con la visita del autor, quien ha prometido enviarnos una nueva obra para el próximo año. (Ustedes serán los testigos). Al final, nuestro amigo invitó a bailar a la menos anciana de las chicas y procedimos a fotografiarlos.


- Leonor, otra cerveza por favor, se me ha secado la boca de tanto escribir.

1 comentario:

rolando dijo...

Cielo! una cerveza también para mí. De esa marca Kunstmann o algo así de Valdivia, que es muy buena y refrescante.
Veo que mi tía ya ha puesto esas fotos del almuerzo. Fue un día lindo. La gente me entregaba cariño, todo el mundo era amable y la comida deliciosa. Y mi tía adorada a mi lado como un hada de la guarda. La verdad es que me encanta que existan esos grupos en los aledaños del gran Santiago.
Gracias tía querida. Tú eres la artífice y el motor de todo eso.
Es que vosotras no os imaginais como es la tía Laura! Además de activa, comprometida es una mujer guapísima!
Salud tía querida.