No se trata de ojos azules, sino que ¡aún!
no he salido a la caza de una pantalla nueva. Será la próxima semana...
Por ahora, me consuelo bebiendo una cerveza no virtual, mientras Amadeo, que si lo es, toca algo gracioso de Satie.
Escribe Galvarino, ha perdido el mapa del café, no puede entrar otra vez. A ese muchacho que tanto viaja, se le ha extraviado la brújula en tierras de América. ¿Qué encontrará esta vez? Ojalá nos lo cuente.
Leonor se ve enfurruñada. Dice que viene gente al Mozart, pero nada piden.
Werner hace planes de traslado, ya que su local no atrae parroquianos. Lo trataré de convencer, ya que si se va de aquí ¿dónde iré cuando termino el trabajo del día? Buscar un nuevo café no me atrae mucho, eso de las invitaciones es una lata. Tengo una amiga que en cada ocasión, da el nombre y ruta de su blog sea desde un escenario, una radio, o una reunión cualquiera.
Considero que meterse en asuntos promocionales ya sería demasiado para un grupo que se supone limitado. De manera que prefiero dejar el asunto tal como está.
Hasta pronto
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