lunes, 18 de enero de 2010

Solo

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Tras muchos esfuerzos he logrado entrar y escribir, esta vez como Rolando, de dónde habrá sacado el sistema este nombre?
No quiero perder la oportunidad. Estoy en el café, solo, Amadeo aún no aparece. Werner está de viaje y Leonor se afana en la cocina preparando la cena de esta noche. Bueno, sólo por si algún parroquiano(a) se digna aparecer. Me acerco al piano e interppreto con toda mi eterna torpeza, un preludio Chopin. Recuerdo a mi abuela, la mayor, con sus ropajes negros, su moño blanco cruzado por un peine, las manos sarmentosas como ahora son las mías y sentada al piano dejando volar sus largos dedos por el teclado.
Luego me acerco a la mesa y me sirvo un vaso de este vino chileno que se está haciendo conocido en Europa. El Carmener. Y me acerco a la vieja vitrola que llegó de la antigua casa familiar de tía Laura con su mueble de madera y los discos de vinilo. Encuentro un viejo tango de Gardel que alguna vez cantaba mi padre en sus momentos escasos de alegría. Volvió una noche/ no la esperaba/había en su rostro tanta ansiedad.que tuve pena de recordarle/ su felonía y su crueldad.....Me embarga la nostalgia, se lo juro tía!
Volvió esa noche/ nunca la olvido/ con la mirada triste y sin luz/...
Y estoy bailando, apretando entre mis brazos un fantasma que se quedó habitando la materia de mis sueños.
Y así mi cariño/ al tuyo enlazado/ es sólo un fantasma/ del viejo pasado ...........

1 comentario:

Laura dijo...

¡Cuan melancólico está usted, sobrino predilecto! Por su evocación, he imaginado también a mi abuela, con su moño blanco y su gusto por el piano. Para el resto de sus frases, tendré que hacer un esfuerzo de imaginación, pues jamás tuve discos de vinilo. Créame que me cuesta su poco eso de ponerme en el personaje que usted me imagina. Pero lo sigo intentando.
Por ahora, lo acompaño con una copa de carmenere, mientras Amadeo toca al piano algo de Satie y Leonardo, sentado en la mesa vecina, nos mira y traza unas líneas en su croquera, sonríe un poco con cara traviesa y sigue dibujando. Me muero de ganas de ver qué está haciendo.