La Feria del Libro llegó, se fue y me dejó gusto a poco. Fui solo una vez para ver la presentación de una revista (relanzada). Como es frecuente, muy pocos asistentes, se espera ansiosamente que lleguen más y nada. Tampoco se puede esperar mucho, porque las salas están programadas para muchos actos similares.
Eché una mirada general y compré poco: un libro sobre arreglo de patios (me hace mucha falta, como también me falta el espacio) otro con fotografías antiguas: Paris segunda guerra, un volumen de historietas de Fontabarrosa y ejemplares atrasados de Le monde diplomatique. Planeaba ir otra vez para revisar con más detenimiento la oferta de libros. Me quedé con las ganas.
¡Noticias de Galvarino! Me llamó por teléfono y espero que podamos juntarnos a conversar. Por ahora, intento ponerme al día en esos molestos asuntos pendientes que rondan como enjambre de avispas.
Un café con helado y buenas noches. (Extrañándol@s)
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