domingo, 7 de noviembre de 2010


Llueve en domingo después de un día de intenso calor. Se supone que hoy llega Galvarino a Santiago. Ojalá pueda verlo. Como a veces la lluvia puede ser tan hipnótica como el fuego, me distraiga viendo caer el agua y pienso vagamente en todo lo que tengo que hacer antes de que se me venga encima el lunes, apretado de cosas como una serpentina sin usar.
Nada de alcohol por ahora. Sólo un té para distanciar el día oscuro.

2 comentarios:

Marsa dijo...

Querida Laura, unos días de una manera y otros de otra, los vamos pasando, y yo espero que para todos los que de vez en cuando nos acercamos a este café, traigan más buenos ratos que malos. Deseo que puedas disfrutar también de la compañía de Galvarino. Tu jardín está precioso, buen trabajo te dará mantenerlo así. Un abrazo. Marsa

Laura dijo...

Gracias, marsa, por tu referencia a mi patio trasero tipo pañuelo.
Se me escapa como siempre el tiempo y he pensado algunos temas que casi se me salían de los dedos, pero..como todavía no se inventa el grabador de pensamiento...(y es mejor así)

Cariños