Al comienzo era una sombra mínima que circulaba a ras del suelo. Luego se materializó como perra chica, esquelética, con poco pelo, siempre escapando con la cola de ratón entre las piernas.
Por lástima, le di de comer.
Ahora es una tromba café que ladra agresivamente a todo el que pasa, derriba al pobre Nelson González, que apenas puede ya moverse y menos ponerse de pie - bueno, de patas – y se atreve a desafiar y hasta perseguir al Niki que lo dobla en tamaño y peso. Ante tanta agresividad, el pobre se refugia en su casucha.
Xica no respeta ningún espacio, persigue a los gatos y se trepa por todos lados. Todavía no se sube al árbol, poco le falta.
Espero, toco madera, que no aparezca ningún otro bicho desamparado en las cercanías. Aunque es más que probable que la perra expulse con escándalo a cualquier rival con 4 patas y hasta con 2.
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