miércoles, 27 de julio de 2011

Desde el centro del invierno

y acabando de leer el pronóstico para los próximos días: nublado, nublado, nublado y lluvia, esta mañana aproveché unos rayos de sol inseguros para recoger unas violetas y tráerselas a Leonor para alegrar mi mesa en el café.
Afuera, todo está en receso invernal. no hay quorum para las reuniones, tampoco para las clases, habrá que recogerse en si misma como un caracol.
Como siempre en los últimos días, la chica me trae un vino caliente con naranjas y canela, para hacerle frente a la temperatura.
Estoy preparando la última edición de Palabr@s, que debe aparecer antes de que termine el mes. Apostaría a que ninguno de ustedes lo lee y lo comprendo, es tanta la avalancha de textos, revistas, blogs, informaciones, que no hay muchas posibilidades de ser leídos. Tampoco yo avanzo más de un par de textos en las revistas literarias o queriéndolo ser, que aparecen como callampas.

Mañana tendré que dejar todo listo, por ahora, para animarme, le pido a Amadeo que toque algo de jazz de los años 20-30 mientras termino el vino y me despido de ustedes.

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