viernes, 28 de noviembre de 2008

Acciones caritativas


Florent nos habla en un saludo a Jorgelina, en el viejo café, de la validez de las acciones caritativas. Estoy totalmente de acuerdo con ello, por haber sido sujeto pasivo de las mismas.

Apenas recuperada la democracia en Argentina, existieron serios intentos de levantamientos militares para acabar con ella. Mi marido de entonces y yo, hacía poco habíamos recuperado la libertad, y teníamos familiares desaparecidos. También 3 pequeños hij@s, de l@s que la mayor ya había sufrido los efectos de la represión quedando sola, pues su padre había logrado exiliarse en Suecia -donde actualmente vive-, y los dos pequeños, que aún nada sabían de estas cosas.

Ante la posibilidad de retorno de la dictadura militar, decidimos ir a Italia a vivir un tiempo. Llegados con cero pesos, recalamos en un lugar donde se encontraban algunos compañeros que habían militado en Argentina.

En aquellos tiempos, donde uno había querido cambiar el mundo hacia la consecución de mayor justicia para los más, las pequeñas acciones de solidaridad se advertían como insuficientes e ineficaces. Incluso, por ej. el partido comunista, ( al cual nunca pertenecí ) opinaba que no se debía dar limosna, o dejar propina al mozo de un bar, a efectos que luchara por su salario y reivindicaciones sociales.

En ese contexto , careciendo de lo más elemental, nos ayudaron alguna gente de iglesia, e italianos católicos, con su buen ánimo caritativo.

Esa ayuda, fue la que concretamente nos posibilitó alguna inserción social, a más de que nos pasaron abrigos, muebles, y otro tipo de cosas.

Pequeñas acciones, que calmaron nuestras mayores angustias y atenuaron el sentimiento de ser un gusano porque no podés proveer a tus hijos.

Desde entonces pues, siento gran respeto por esas almas bondadosas, y esas organizaciones de ayuda a los más necesitados -vengan de donde vengan-, y que si bien, luego redunda en un mayor bienestar o posibilidad social de rescate o mitigación del dolor y que los Estados NO asumen, ( tan fácil que sería, no ? ) pero que en concreto y en el dia a dia, calman los dolores -físicos, psíquicos, etc- y dan una mejor calidad de vida, por minúscula que sea.

Amigos, un abrazo .

1 comentario:

Marsa dijo...

Mi querida Abi, mujer de solidaridades. ¡Qué hermosa forma de presentarte hoy en el café. El sentimiento de responsabilidad para con el otro, es uno de los que más escasean hoy día, y ya ves, tu lo respiras por todos los poros de tu cuerpo. Te admiro amiga mía. M;arsita