sábado, 29 de noviembre de 2008

Mis primeras copas en el Mozart


Hace un rato que llegué y aún no logro que la bella Leonor escancie un vaso de buen vino Burgunder del sur de Alemania. El motivo? Que ni ella ni Werner recuerdan ahora como diablos ordenaron los vinos en la bodega. Al final me ha servido una copa de Tanat uruguayo, que es un buen tinto para estps días de frío con mirada imperativa me ha instado a no seguir reclamando mi Burgunder.
Amadeo acaba de llegar. Anoche al parecer los últimos parroquianos abandonaron el boliche al llegar la madrugada. Y dicen que corría el alcohol entre las mesas. No sé y no quiero pensar que alguna de las formales señoras y señoritas que son mis amigas pudiera estar anoche en este café bar. Quiero creer que mi señora tía dormía ya en su lecho de cortinajes burdeos.
En fin, uno nunca sabe. Se acerca la bella. Cariño, puedes prepararme unos langostinos con esa rica salsa que Werner acompaña los mariscos.

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