viernes, 21 de noviembre de 2008

A las diez de la noche




Una cerveza, por favor, antes que me deshidrate después de tres horas totales de viaje de ida y vuelta a lo que pensaba era un test para saber a qué atenerme sobre mis actuales condiciones mentales. Han aumentado los olvidos y las distracciones y si ya soy un peligro público, quiero saberlo ahora. No pudo ser. Ocurre que, contrariamente a lo que me habían indicado, me lo deben hacer en dos sesiones. ¿Y eso qué? Tendré que anular otra cita médica y acomodarme a la segunda sesión en un mes más. Creo que me porté desconsideradamente con la sicóloga, reclamé por la ineficiencia del personal en forma airada; ella no tiene la culpa, no dicta las reglas. Cada día me convierto más y mejor en una vieja de mierda.
Por eso Leonor, que esté bien helada y para pasar el mal rato y acompañar la cerveza, tráeme algo prohibido: un sándwich de queso caliente a medio derretir, con unas saludables aceitunas negras (para equilibrar). ¡Amadeo! ¡Deja ya de fumar, hombre! ¡Hasta cuando te envenenas! (Ay pobre hombre, si la nicotina ya forma parte de su metabolismo) No te enojes conmigo, Frido, es que hoy estoy peor que nunca. Amadeo querido, toca algo así como una no música, algo nunca escuchado – al menos en este café – algo rítmico y arcaico, primitivo y después gira hacia música electrónica sideral, si algo así existe o se te ocurre. Échale pa delante no más. Total, hoy no hay nadie que reclame.
Pero observa, han llegado dos parroquianas que miran y remiran sin mucha convicción. Son las personas que tuve enfrente en el viaje de ida: Una chica alta, muy morena, tenía un vestido negro en la parte superior y la falda hasta la rodilla, de esferas negras, gris claro y verde petróleo, zapatos bajos plateados, collar de lapislázuli, pulsera de plata,. sin pintura aparente, otra chica con casaca negra y capucha puesta ( hacía un calor de pleno verano), pantalones cuadriculados e intenso maquillaje. Ojos bordeados de negro como un perro siberiano, algunos piercing, labios rojos, pelo negro sobre los ojos. Estaba aburrida, hacía muecas, sacó un cigarrillo, lo olió y luego, de mala gana, se lo guardó en el bolsillo. Ahora miran sin mayor interés y se sientan, cada una en un extremo de la barra, a pedir un trago.
Por alguna ignota razón, algo muy atrás de mí siente alguna identificación con ambas. ¿Qué es una persona? Algo sin tiempo, que une desde la infancia hasta adelante, pasando por todas las etapas.
Pero esto se alarga demasiado, se me acabó la cerveza. Basta por hoy de divagaciones ociosas.

7 comentarios:

Marsa dijo...

Mi querida Laura, yo por mi acelerada pérdida de los últimos años, me uno a tí para declararme, como tú "una vieja de mierda", cada vez más despistes y peor memoria, además una artrosis que no deja libre de pinchazos ninguna de mis articulaciones, pero... ¿quién quiere hablar de la vejez y sus goteras?, ¿de reconocimientos médicos y medicinas?... por favor, cuando entremos en este café de grata historia, dejemos la fantasía volar, e nos investiremos de salud, fortaleza y juventud para que no nos sienten en sendas sillas de ruedas para siempre.

Y veo que te has traído la foto de mi afectado presente. Cuando me adiestre en técnicas de comunicación informática, traeré una foto de mi madurez (traer una de mi juventud, sería excesivo, estuve en estado de ingravidez desde los 19 hasta los 34), para que miréis la antigua y no la actual.

Leonor, por favor, tráeme una copa de cava bien frío, la cerveza me produce hinchazón de panza, al estilo alemán.

Brindemos, querida amiga, por un presente sin dolores ni altzeimer y un futuro de nardos y jazmines... no sobre la tumba, claro.

Con esperanza y cava...Marsita

P.D. ¿qué hacemos con el "Ponía" de mi perfil?.

rolando dijo...

Qué manera de estar desencantada querida tía! Cuando a nuestro alrededor todo es nubes de raso , rosas voluptuosas, lagos infinitos, usted se deja llevar por una apariencia de la realidad, que se pone de moda: el desencanto. Y marsa la secunda. Qué tiempos! Sabe usted estimada señora tía, que los dioses le han dado una hermosura que aún rompe los corazones de los tontos (conozco dos, yo y el otro señor)
Bueno, todos pasamos por momentos así. Yo acabo de llegar al Café y la invitaré a Usted y a Marsa (que me la imagino aún en estado de gravidez)a sendas copas de Cava y vamos reirnos de nosotros, de nuestros afanes, de nuestros defectos que casi no existen
Beso su mano, tía bienamada.

Laura dijo...

Está bien,rezaré media docena de rosarios de penitencia y trataré de meterme en esos sueños color nebuloso de Frido. ¡Ay, que me cuesta! Confieso que no me da la imaginación para lagos. Me miro al espejo y trato de encontrar lo que vio el amigo viajero, pero, jajajajajaja, no hay caso, siempre me da susto. Fridolin, eres un caso especial de seductor crónico, recurrente, compulsivo, incontenible que intenta decir lo que otros quisieran escuchar.
Peonía, no pude colocar tu foto más grande. Necesito urgente lecciones.

Marsa dijo...

Querida amiga, no tengo ninguna aprensión por la foto que has colocado, no me pienso tratar la vejez al estilo de la duquesa de Alba, ¡pobrecita! No me gusta ni más ni menos la foto grande, que me figuro que es la del paseo por Granada. Esta está muy requetebién para estos momentos.

Lo que no sé cómo cambiar es el nick "Peonía" por el de "Marsita".
Pero tampoco importa demasiado, así me llamaréis como más os guste, y siempre seré yo.

Marsa dijo...

Muchas gracias Galvarino por esta riquísima copa de cava.

Brindo Galvarino por tu inspiración y fantasía inagotable. Todavía está Saramago, a los 86 años dándole a la pluma. ¡Maravilloso escritor!.

Marsa dijo...

¡Ah Galvarino, tienes razón, los 14 años de embarazos y partos constituyeron 7 etapas de gravidez, con sus consecuentes descansos. Se me coló el "in" que me hubiera hecho volar.

Este involuntario error me ha recordado un chiste antiguo, de un cura que antes de salir a decir misa se dirige a su sacristán y le pide que diga la homilía porque él tiene un fuerte dolor de cabeza.

- Mira Juan le dice, es muy fácil, primero lees el evangelio que te señalo en el libro, y luego lo repites frase a frase , pero a tu estilo.
- Vale dice Juan eso está hecho.

Lee la narración de la resurrección de Lázaro y mirando a los feligreses, y ya finalizando, añade:
- Y Lázaro salió de la sepultura y "andó".
El cura que escuchaba sentado en su sillón, lo mira con gesto agriado y le dice en un gruñido:
- ¡Anduvo, jodido!
Juan recogió la frase de lo que le pareció una ayuda de su jefe y añadió a los parroquianos:
- Anduvo jodido, pero andó.

Como es antiguo puede que ya lo supiérais.

Laura dijo...

¡Muy bueno el chiste! No lo conocía. No sé cómo cambiar el nick. Pero trataré de averiguarlo. Aunque hace tiempo que estoy prometiendo lo mismo y aún no me he topado con alguien que sepa de estos trámites.