Un punto de vista

No puedo dejar de exponer mi propio punto de vista, basado en las noticias recibidas a lo largo del tiempo. Un pueblo sin patria fija donde continuar residiendo, fue extendiéndose por África, Asia y principalmente en Europa. Fue rechazado en todas partes, debiendo sobrevivir a duras penas en los oficios que les permitían ejercer. Su nexo fue la religión.
Fue demonizado hasta provocar casi su completa destrucción, pero supo mantenerse unido en la mayor adversidad y desarrollar excelencia en variadas artes.
Hasta que, para darle un sitio fijo en algún lugar de la tierra, se le “concedió” un pequeño espacio en un habitat inhóspito. Por cierto que hubo que desplazar a otros a otras zonas vecinas. El pueblo agraciado por tal beneficio vio aparecer por fin la tierra que le fuera prometida por su dios. No había en ella leche y miel sino desierto. Desierto que fue diligentemente transformado en un vergel con tesón e inventiva, de la cual habían carecido los habitantes originales. Pero los vecinos no se quedaron de brazos cruzados y sistemáticamente agredieron a los recién llegados que debían vivir resguardando sus vidas y los bienes comunitarios que habían logrado crear, sin pausa, sin descanso alguno. Pronto los vecinos comenzaron a agruparse y a presionar a otros países y se formó la plaga mundial del terrorismo islámico que cubre con su fanatismo el planeta entero.
Los países europeos que colocaron a ese pueblo en su sitio actual, deberían presentar la cara y defender su soberanía de los abusos de sus enemigos.

Todos los acuerdos de paz que ha intentado el pueblo atacado, han sido violados. No les queda ahora otro camino que desbaratar el terrorismo que lo ha estado atacando por décadas.

Nota: Foto de muchachos hebreos llorando a sus compañeros asesinados.