Os cuento.

Cada mañana, mientras me tomo el té del desayuno, despierto al ordenador y me entero de las novedades de los blogs y foros que frecuento. A veces hay un inicio de conversación, y es muy fácil dejar un comentario, otras veces, la conversación última parece que está cerrada y no hay ninguna nueva, y es cuando me propongo iniciar una entrada, sin un tema ni una pequeña idéa de lo que os quiero decir.

Desde el fondo del café, Leonor me mira con ojos soñolientos, piensa algo, y de pronto se levanta y me prepara un rooibos que es en realidadlo lo que yo estaba bebiendo. Gracias, cariño.

Aparece Amadeo, me saluda con la mano izquierda, en la otra lleva un pitillo encendido, se sienta al piano e inicia una pieza, desconocida para mi, con aires de marcha fúnebre y Leonor me indica por señas que se trata de una creación del propio Amadeo. Pienso que ha debido pasar una mala noche.

De mí os diré que dormí bien, gracias a un Atarax que tiene para mí la doble función de inducirme el sueño y aliviar los síntomas de las alergias primaverales. Me fui a la cama anoche habiendo hecho antes una ronda por internet (Mocilla Firefox está paralizada y Panda me avisa una y otra vez de que tengo que activar las actualizaciones, pero siempre que quiero hacerlo me pide nombre y contraseña y cuando le doy las que creo que son, no las acepta, por dos veces he enviado mail a Panda y lo que me envía son otros datos pero no los que pido)¿Se puede luchar contra los elementos?

¿Algo bueno?. A las 20,00 horas de ayer (termina los sonidos lúgubres del piano de Amadeo, e inicia un tema de Michael Nyman, mucho más brioso y vivo, ¡menos mal!)Os decía, a las ocho estuve en un concierto, del Programa de Música de Cámara que organiza todos los años la Fundación Pública de las Baleares para la Música, el programa era para chelo y contrabajo, los autores no los conocía, muy bonita la música pero se había unido a los instrumentistas una recitadora/narradora, que acompañada de mímica y tonos ascendentes y descendentes en un intento de dar vida a los textos, medio leyó, medio dijo, una serie de sentencias, un cuento chino y un texto que en internet atribuyen a Borjes, aquello de "Si volviera a nacer... Creo que todo lo que nos largó procedía de los pps que recibe en su correo ¡Qué pena de concierto!, nos lo fastidió sin pedir permiso. Estos conciertos son gratuitos (en una sala del Museo de Mallorca), y si esta buena mujer era la prima o a cuñada de un jefecillo, le dieron este huequecillo para que se luciera.

Otro día os contaré el cuento chino