EL SUR (Galvarino)

EL SUR


Campanarios de luz, verde espesura
y las rocas gritando en las orillas,
cien llamados del viento al horizonte
y un relámpago de alas en la aurora.

Es el campo verde, azul; racimos
sus viñedos enamorados de la tierra,
y en las pupilas de la gente
se humedece la sangre como un lirio.

Y el mar, en la estación de los anhelos
es un manto de peces y de estrellas,
y hunden sus alas los pájaros azules
en el abismo secreto de las islas.

Hay una flor que tiñe sus vestidos
con la pureza roja de la sangre,
y por los cerros se dibuja ausente
el habitante gris de los caminos.

Borra el fuego las huellas de la lluvia
y mojadas las vigas canturrean,
se amontonan los hijos de la lumbre:
comunión del hogar y la jornada.

Es el sur, y sus calles acostadas
entre ríos de lenguas vespertinas.
Son los pueblos mojados de la noche
y el salario mojado de los días.

Es el largo esqueleto de mi tierra
a la vera del mar ensimismada.
Es el largo sudario de los pueblos.
Es la copa final junto a la lluvia.


Galvarino

Esta tarde, en un programa dedicado al sur de Chile, se leerá este poema.