En el gótico rincón del Café.

Estoy aqui sentado en el rincón más oscuro, en la penumbra. Me gusta este lugar, Werner nos conoce bien y sabe a quienes les gusta la luz, la claridad, y a quienes nos gusta esta esquina gótica donde pareciera que duermen extraños seres. Este Café es una maravilla. Y yo me he adueñado de este rincón, además está cerca del piano y de Amadeo. Aqui bebo mi vino con parsimonia, Leonor se empeña en que coma algo y para tentarme pone antes mis narices unos canapés de magré de pato.
No pruebo nada. Sólo ansío beber mi rojo vino y he sacado de la biblioteca del Café un par de libros extraños. Uno de ellos es el Necronomicón, un libro escrito por un árabe loco en el siglo VI de esta Era. Algunos dicen que este libro nunca ha existido, y sí, aquí está ,en mis manos, el libro fue creado por ese histérico, fascista, atormentado,misógino,que fue Howard P. Lovecraft uno de los pioneros de la literatura del terror. En su extensa y maravillosa obra Los mitos de Thulhú, compendio de narraciones encadenadas a un tema mitológico y recurrente: la historia de un principio de la humanidad a partir de unos seres ancestrales que habitaron la tierra. Seres mitad reptil, mitad humanos, que aún perviven entre nosotros. El Necronomicón, se supone empastado en piel humana, guarda en sus páginas, en una lengua desconocida, el misterio de los orígenes.
Aquí, a la luz de este candelabro. ¡No Leonor, cielo! Por favor apaga esa bombilla!
Aquí os digo, me estoy reconstruyendo, afirmo mis huesos adoloridos, calmo mis nervios y me siento bien, me siento acompañado.
Del segundo libro les hablaré en otra madrugada.