Las dos caras. Frontal y posterior. Evidencia y misterio.

"El tiempo que dura la presencia de la espuma en una ola!" Qué hermosa metáfora Jogelina! Vivamos ese tiempo, fugaz, si claro, es necesario medirlo porque el mío será limitado. Y de hecho creo que lo hacemos a través de la escritura. Y el incesto es la forma más alta de la transgresión, tú lo sabes mucho mejor que yo. Es arrimarse a los brazos del amado(a) Belcebú y reirse de ese Jehová bíblico que nos maldice cada día.
Esto es poesía, pura poesía Elvi querida. No tenés que irte porque aquí casi todo es poesía. También cuando es un lamento acerca de la sangre inocente que riega las calles cada día, en Gaza, en El Congo, en Etiopía, etc. Y de esa poesía trágica debemos hablar siempre querida. Cada uno con su percepción y su conciencia.

He preferido escribir aquí porque este lugar tiene una particularidad. Se escriben tres o cuatro textos aquí en la página de inicio, en la entrada del Café. Y todo lo demás, lo interesante, lo profundo, está en la trastienda, los comentarios. Es como las casas en Marruecos. Tú ves una fachada fea, sucia, deteriorada, y al cruzar el umbral te encuentras con una mansión hermosa, plena de aromas, de sombra, de rincones. Tú ves en la calle una mujer vestida de negro o de gris, con gesto seco, reprimido. Y en el interior de su casa, junto a su esposo se transforma en una mujer sensual, hermosa, se endulza su mirada, su sonrisa. Es la vieja cultura árabe. A nosotros aquí nos sucede lo mismo.
Y claro, siempre lo mejor, lo más interesante, lo verdaderamente fascinante, está debajo, en la trastienda, en el lugar escondido, donde no llegan las miradas superficiales que resbalan en lo frontal, en lo evidente.
Nosotros lo sabemos y corremos a esos rincones más secretos. Si alguien entra por primera vez, sólo verá estos simples escritos casi planos, excepto un bello poema de Marsa. Tendrá que descubrir el camino hacia el patio interior y sólo entonces podrá gozar del placer oculto. El único placer!

No soy el único en este Café de nuestros sueños. Olvidais acaso a Fidel, a Amadeo, a Telemaco y a Werner? Y tal vez se me olvida alguno.