martes, 13 de enero de 2009

MOZART EN OFICINA (parlantes)


Les dejo este videíto. Es una muestra de creatividad y buen humor; cosas que ojalá nos acompañaran siempre.

Alguna especie de música podemos crear aún en fastidiosas situaciones; voy a tratar de implementarlo, cuando vea que voy perdiendo un juicio o el juicio; (el de mi cabeza). O bailaré la danza de Zorba el griego ? Porque en desastres, la vida me ha sido pródiga.

Un abrazo.

7 comentarios:

abi dijo...

desapareció el video? ayer se veia biennnnnnnnnnn

Laura dijo...

¡Clap clap clap!
Buenísimo el video. Hoy se ve perfectamente.

Gianmarino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gianmarino dijo...

Apreciada Abilen, no quise partir sin saludarte. Tu aporte «Mozart en oficina» es de un humor fino y refrescante, lejos de caminos trillados.
Mi dirección es: / jeandd - arroba - dbmail - punto - com / y allí estaré para servirte y charlar contigo con mucho placer.
Afectuosamente, FLORENT

14 de enero de 2009 10:11

abi dijo...

Seguro que seguiremos conversando !

Gracias por dejarme tu e-mail.

Un abrazo

abi dijo...

Ah pues, que mi mail (no se si lo registraste,pues está en mi perfil)es amfcobos@hotmail.com

Arrivederci !!!

Marsa dijo...

Mi querida Abi, pude ver el vídeo y ayuda a esa sonrisa que en cualquier situación dolorosa puede producir la inesperada salida, muy razonable pero dicha con media lengua por un niño o niña.

El ser humano puede ser vengativo y cruel, lo ha demostrado durante toda su existencia, lo peor de hoy es la capacidad de los más media para mostrarnos los cuerpos aún calientes, envueltos en su propia sangre sobre nuestras mesas, y casi siempre a la hora de comer.

Un repaso a la Historia nos lo demuestra, y las historias de las pateras y de las espaldas mojadas, nos hacen permanecer alertas, porque el egoísmo se cobra vidas cada día desde hace miles y miles de años.

Aún así, no nos podemos acostumbrar, aunque sigamos comiendo cada día, y tres o cuatro veces al día, en el mundo del despilfarro.

Me gustaría saber que es posible darle una vuelta a todo.

Con desánimo. Marsa